sobre mí

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(este tema expresa para mi el camino de la vida, las dudas sobre el rumbo que tomar, y finalmente, el progreso)

 

Me llamo Bea, soy española de nacimiento y ciudadana del mundo desde que empecé a razonar.

Como muchos otros niños, de pequeña quise ser astronauta… no había empezado a viajar por la Tierra y ya estaba pensando en salir de ella. El espacio, y los astros siempre me han fascinado, y el impulso me llevó a cometer el primer error relativo: elegir el bachillerato tecnológico ¡pensando aún en estudiar después la carrera de astrofísica! Por suerte, tenía al alcance otro camino mucho más accesible y satisfactorio para alcanzar la Luna y lo que quisiera…

La música.

Continué estudiando música hasta completar los estudios superiores. No me importaba practicar durante horas, me encantaba sentir el sonido y las vibraciones del frote de las cuerdas y las armonías que se producían con las dobles notas. El violín era parte de mi vida, y la herramienta para poder disfrutar la música desde dentro, pero no sólo la clásica, sino todo tipo de música que transmita una intención, un carácter o una cultura diferente.

Sin embargo, en esos años empecé a ver la relación que muchos compañeros tenían con su instrumento: estrés, inconformidad, decepción, dolor físico por las tensiones… y todo por la presión y la competitividad que les producía autoanalizarse y criticarse mil veces para llegar lo más alto posible… sin disfrutar el momento.

No, no… la música no está para eso.

La música y todo lo que la lleva implícita es la mejor herramienta para ser feliz y hacer a otros felices. Cada tipo de música produce distintos sentimientos, el cuerpo se mueve de diferente manera, y para mí, aprender a manejarla y ayudar a los demás a descubrirla y apreciarla es el verdadero sentido que tiene emplear tantos años de estudio.

Por esto, tras trabajar temporalmente en varias orquestas profesionales, me di cuenta que ahí ya no existía la pasión de las orquestas jóvenes. Para la mayoría parecía haberse convertido en un trabajo cualquiera de donde están deseando salir para desconectar  y dedicarse a otra cosa. Ahí se sacrificó su sentido y su valor.

Entonces me fui a Colombia a trabajar. Gané una beca de la JONDE (Joven Orquesta Nacional de España) y me fui a colaborar con la Fundación Batuta, una organización que confía en la transformación social a través de la música, atiende a niños y jóvenes, muchos de ellos de escasos recursos y víctimas del conflicto armado, y que, entre otras actividades, forma orquestas sinfónicas y coros de jóvenes por todo el país. Aunque quería colaborar en un lugar pequeño, viví al principio un tiempo en Bogotá trabajando con las diferentes orquestas de la fundación allí y en otras ciudades de Colombia, y después, al fin, me fui a la población pequeña que estaba buscando… Leticia, un pueblo en el medio del Amazonas, donde estuve un año trabajando.

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Estas experiencias que pasé en Colombia me gustaría contarlas más tranquilamente, recordando poco a poco y analizando lo que iba aprendiendo, así que iré metiendo entradas retrospectivas a medida que avanza el blog, en la página Flashback.

En diciembre de 2013 cumplí dos años y medio trabajando en esta fundación colombiana. Cuando terminó mi colaboración de docente de violín y viola, me contrataron, y como ya había empezado a gestionar algunos proyectos, me concedieron algunas horas de gestión. Con esto, en Octubre de 2012 organicé el I Curso de Música de Cámara de la Fundación Batuta, con el Cuarteto Quiroga como profesores invitados, dirigido a formar y motivar a los profesores de la fundación. Fue una experiencia estupenda para todos, pero lamentablemente, los intereses de esta fundación han tendido más a la práctica orquestal masiva que a atender la formación musical integral de sus formadores, así que la música de cámara ha quedado relegada por el momento.

A continuación, durante el 2013, fui coordinadora de la dirección académica, un cargo muy poco específico, porque he servido para todo, desde elaborar un programa curricular y una planificación académica, hasta gestionar diversos proyectos académicos o revisar el progreso de las orquestas del país (Quibdó, Ipiales y Buenaventura); pero donde he podido conocer a fondo el funcionamiento de la institución.

A día de hoy (febrero de 2014), quiero afrontar una nueva etapa profesional y personal. Consciente de la necesidad de mejorar ciertos aspectos en el seno de las organizaciones sociales que trabajan con música, he creado el presente proyecto con el objetivo de emprender un trabajo constructivo y realista, que suponga una aportación social y cultural, permitiéndome a la vez crecer personalmente, aprendiendo de las experiencias y aportando todo lo posible a la sociedad que nos rodea.

Alcalá de Henares, la ciudad donde crecí

Alcalá de Henares, la ciudad donde crecí