Nicaragua va con calma. Todos quieren y saben que la situación tiene que cambiar pronto, pero viven en un zarandeo continuo, entre los vaivenes políticos y los terremotos. La mayoría de la población se deja llevar por la estabilidad ficticia del país y se centra en las necesidades individuales del día a día, sin mirar más allá, sin importarle nada los derechos e intereses de su vecino, de su comunidad, y menos del país!
¿cómo puede haber tantos niños solos viviendo en la calle, mendigando y drogándose?
¿por qué la gente tira la basura por la ventana de los autobuses?
¿por qué en la calle tanta gente se grita y se trata mal?
Faltan sonrisas!!!
Sin embargo he podido observar durante tres semanas que he pasado en el país, a un sector cultural alerta, preocupado con la situación y actuando en su entorno. Sin duda, los Centros Culturales son los más activos: proponen, se van organizando y actúan con eventos y formación para la comunidad en temas de género, derechos humanos, educación básica para jóvenes y adultos y trabajo de la propia cultura y el arte. Al menos los que he podido visitar están haciendo un trabajo estupendo y de verdad se nota su incidencia en la dinámica del barrio:
– Centro Cultural «Guanuca»
En Matagalpa, actúa con el grupo Venancia, se centra sobre todo en las mujeres y están haciendo un trabajo estupendo en la lucha contra la violencia de género, la educación sexual y la educación en los derechos y capacidades de la mujer. Desde el gobierno del municipio no se les apoya demasiado, pero ellas van incidiendo en la comunidad. Además realizan talleres de danza y conciertos semanales.
Es un centro social que trabaja con la cultura, el arte y el medio ambiente. Promueven estos temas a través de eventos en el bar-café, la escuela de arte, exposiciones en la galería, proyectos sociales, reciclaje y otras actividades. Sin duda, el bar con mejor ambiente nocturno alternativo de Managua, a través del cual los jóvenes se conectan con la cultura y se involucran con el centro.
– Centro Cultural Atelier Favela
Situado en Ticuantepe, atiende a un barrio bastante desfavorecido con capoeira, circo y arte. Un venezolano y una belga, Jean y Sabine, han trabajado duro para que los chicos del barrio vean otras opciones de vida. A través de la página web del centro y de boca a boca, el centro se está dando a conocer en Europa y funciona gracias al aporte de los voluntarios que van llegando por temporadas. Ellos ofrecen talleres de lo que saben hacer y aprenden de los demás y sobre todo, de la experiencia con los jóvenes de Ticuantepe.
– Centro Cultural Batahola Norte
Fue fundado por la hermana Margarita Navarro (estadounidense) y el Sacerdote Ángel Torrellas (de Asturias, España) en el año 1983, con el propósito de crear un centro educativo con el pueblo y para el pueblo, respetando las preferencias religiosas, inculcando valores y propiciando a las familias un nivel de vida más digno.
Después de 30 años, no hay nadie en el barrio de Batahola Norte que no haya pasado en algún momento por el centro cultural, muchos están completamente involucrados y se puede decir que, en cierto modo, ha transformado la comunidad.
Con el apoyo económico de donaciones de España, a través de la familia del fundador ya fallecido, Ángel Torrellas, y de la Fundación Friends of Batahola, situada en Estados Unidos, el centro cultural se sostiene y cada año continúa con sus cursos de costura, cocina, contabilidad, computación, danza y teatro, entre otros.
Además, una de sus acciones más importantes es la promoción artística del centro. Desde el comienzo, se formó el Coro Angel Torrellas y más tarde, la Orquesta Margarita Navarro, dos agrupaciones bastante reconocidas en Managua donde muchos músicos profesionales comenzaron su educación. Actualmente, a falta de una orquesta sinfónica propia en la Universidad Politécnica de Nicaragua (UPOLI), la única en el país con licenciatura en música, los alumnos llegan a realizar sus prácticas a la Orquesta del Centro Batahola Norte.
Esto va dejando entrever el nivel de desarrollo de la educación musical en este país…
Con este nombre tan significativo, los fundadores quisieron reflejar la mezcla de la herencia indígena, africana y europea en la cultura nicaragüense, de las cuales quedan vestigios a lo largo y ancho de su geografía. Entre un austríaco y un nicaragüense decidieron restaurar en 1987 una de las casas más emblemáticas de la ciudad de Granada, la antigua Casa de los Leones, y la convirtieron en sede de la Fundación Casa de los tres Mundos con la intención de ser un centro cultural de encuentro internacional.
Entre sus múltiples proyectos educativos están:
- La Escuela de Música, en Granada. Accesible para niños y jóvenes.
- La Escuela de Artes Escénicas
- Música en los Barrios – Un proyecto también con fines sociales repartido por nueve barrios necesitados de Managua. A través de la flauta dulce, principalmente, alrededor de 400 niños se reúnen en un entorno social diferente.
La fundación se mantiene básicamente gracias a las aportaciones de la ONG alemana «Pan y Vida» y las donaciones puntuales de las agencias de Cooperación austriaca, alemana y suiza (COSUDE).
Los tres últimos casos son algunos ejemplos de cómo el desarrollo cultural de Nicaragua aún depende casi completamente del apoyo exterior, pero no siempre ha sido así.
«En la década de los 80′, la Revolución Popular Sandinista (1979-1990) promovió un proyecto cultural de signo nacional, popular, economía mixta y no-alineados. Ese proyecto cultural permitió a los amplios sectores de la sociedad vincularse a las expresiones artísticas. Se consideraba la cultura como responsabilidad de toda la sociedad y por lo tanto era necesario llevar las artes al pueblo y hacerlo partícipe del hecho creativo.» (Diagnóstico del Fondo de Fortalecimiento de Capacidades en Gestión Cultural, 2011). Sin embargo, todo lo que se apoyó la cultura durante esos años se perdió a partir de 1990, durante los 16 años de gobiernos liberales. En un entorno hostil tuvieron que sobrevivir artistas, promotores y gestores culturales y lo hicieron, en gran parte, gracias a la ayuda de la cooperación internacional.
Hoy en día en el sector musical, el Estado sólo apoya la Escuela Nacional de Música, de nivel medio; la Orquesta Sinfónica Nacional, de apenas unos 25 músicos que cobran poco y preparan un programa al mes; y la Orquesta Juvenil Ruben Dario, una iniciativa del director de orquesta, Ramón Rodríguez, que comenzó en el 2012 y pretende llegar a ser un Programa Nacional de educación musical no formal pero apuntando a la excelencia.
Con una buena gestión, esta última podría convertirse en el medio de atención social del gobierno, pero en mi opinión para conseguirlo, aún les queda algo importante al sector musical y musicosocial:
Dialogar y llegar al punto de interés común
Reunir esfuerzos independientes para el mismo fin
Formar un equipo involucrado y activo con los objetivos claros
Articular las diversas iniciativas para que se complementen y puedan ofrecer a los estudiantes un camino a seguir
Si no pasa esto, los esfuerzos individuales seguirán dispersos, los recursos del Estado continuarán enfocándose en iniciativas alineadas con los intereses políticos y las empresas privadas seguirán inclinándose por los músicos populares que les dan visibilidad.
Ojalá iniciativas como «Klauna» (autonomía, en lengua miskito), la Red de Gestores Culturales de Nicaragua, que inició a finales de 2012, ayuden a cambiar la onda independentista que se ve en el país, apuntando hacia la comunicación y la conjunción de esfuerzos en pro de fortalecer el sector cultural de Nicaragua.
Agradezco a las personas que me han atendido en todas estas organizaciones, que me dan a entender que creen en mis esfuerzos cuando les cuento lo que estoy haciendo y me animan a continuar.
Y sobre todo, mil gracias a Ruben Bayardo Mojica, flautista, compositor, profesor, filósofo y constante investigador, que no sólo me ha acogido en su casa durante todos los días que he pasado en Managua yendo y viniendo, sino que me ha dedicado mucho de su tiempo llevándome de un barrio a otro, respondiendo a mis preguntas y ganas de saberlo todo, y discutiendo sobre cómo cambiar el mundo. 😉